«Hay un tiempo para todo, y un momento para cada actividad bajo el cielo.»
Eclesiastés 3:1 (NVI)

Bienvenidos al devocional de hoy. Esta mañana, mientras reflexionaba sobre el proceso de la vida, recordé los 16 árboles de guayacán que planté en uno de nuestros terrenos para senderismo cristiano. Estos árboles, con el tiempo, se convertirán en un espectáculo impresionante cuando, por una semana, sus hojas se tornen de un amarillo radiante, iluminando el paisaje con su esplendor.
Al principio, cuando descubrí que estos árboles tardarían aproximadamente diez años en alcanzar su máxima belleza, mi reacción fue de asombro: «¿Esperar diez años? ¡Eso es mucho tiempo!» Pero a medida que reflexionaba, Dios comenzó a enseñarme una verdad profunda: Las cosas que realmente tienen valor en la vida toman tiempo.
Este principio se encuentra en muchas áreas de nuestra vida cristiana. A veces, queremos resultados rápidos: oramos y esperamos que Dios responda inmediatamente; servimos y deseamos ver frutos al instante. Sin embargo, la vida con Dios es un viaje, no una carrera. Él es el jardinero que planta y cuida con paciencia, sabiendo que los frutos más dulces requieren tiempo para madurar.
¿Te has encontrado alguna vez impaciente por ver los resultados de tus esfuerzos, ya sea en tu vida espiritual, en tus relaciones o en tus proyectos personales? Dios te recuerda hoy que Él está trabajando en tu vida, incluso cuando no lo ves. Al igual que los guayacanes que tardarán años en florecer, Dios también está cultivando algo hermoso en ti.
La espera puede parecer larga, pero recuerda que el tiempo de Dios es perfecto. A lo largo de la Biblia, vemos ejemplos de personas que tuvieron que esperar: Abraham esperó años para tener un hijo, José esperó en prisión antes de ser elevado al liderazgo, y Moisés esperó 40 años en el desierto antes de guiar a Israel a la libertad. En cada caso, la espera no fue en vano; Dios estaba formando en ellos un carácter que les prepararía para el propósito que tenía para sus vidas.
Hoy, te invito a confiar en el proceso de Dios. Tal vez estás en una temporada de espera, donde los frutos no son visibles y la respuesta no parece cercana. Recuerda que Dios es fiel y Su tiempo es perfecto. Cada día que pasa, estás un paso más cerca de ver florecer aquello que Dios ha plantado en tu vida.
Oración para hoy:
«Señor, ayúdame a confiar en Tu tiempo y en Tu proceso. Enséñame a esperar con paciencia y a confiar en que Tú estás obrando en mi vida, incluso cuando no veo los resultados inmediatos. Que mi fe crezca y mi confianza en Ti se fortalezca mientras espero en Ti. Amén.»
Recuerda, como los guayacanes que en su tiempo darán una belleza única al paisaje, así también Dios está cultivando algo hermoso en ti. ¡Permite que Él termine Su obra, y verás que la espera habrá valido la pena!
Versículo para hoy;
«El que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.»
Filipenses 1:6 (NVI)
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Me animé a escribir este devocional porque he visto a muchas personas desesperadas porque creen que Dios no los oye o no les responde. resulta que Dios tiene un proceso por el que nosotros sus hijos debemos pasar. La gente no quiere procesos, quiere resultados a corto plazo. ¡No se puede! Es necesario permitir que Dios actúe en el tiempo en que lo considere.