Duramos mucho tiempo peleando ¿Qué hago?
Seguro muchas veces te has hecho esta pregunta cuando pasan los días y desde la discusión, la relación matrimonial se ha puesto difícil pues ninguno de los dos ha querido dar el primer paso que conduzca a la reconciliación.

Pasan los días y seguimos enojados.
La Biblia nos enseña la manera como debemos resolver todos los conflictos de la vida. Nos dice qué hacer, cómo proceder y cuánto tiempo debe durar el enojo y la frustración por lo que ha pasado. Si pones en práctica estos versículos y le pides al Espíritu Santo que te ayude, seguro de ahora en adelante podrás resolver convenientemente los problemas matrimoniales.
Versículo para resolver las peleas en el matrimonio:
Enfoquémonos en Efesios 4:26, donde se nos aconseja no dejar que el enojo nos dure hasta la puesta del sol. Este consejo es especialmente relevante para las parejas, ya que la prontitud en la reconciliación es clave para mantener una relación saludable y amorosa.
El Enfoque Bíblico: Efesios 4:26
Efesios 4:26 en la NVI dice: “«Si se enojan, no pequen». No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol”. Este versículo nos enseña que es natural sentir enojo, pero debemos manejarlo de manera que no caigamos en pecado, o sea, que se desencadenen ira, gritería, patanería y cualquier otra forma en donde se esté dando rienda suelta a los frutos de la carne.
Por otra parte, la frase «no permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol» nos invita a resolver los conflictos rápidamente. Ahí tienes: la forma y el tiempo en que una discusión matrimonial se debe dar.
¿Cómo resolver un problema matrimonial rápido?
Si constantemente tu queja es: «duramos mucho tiempo peleando ¿Qué hago?» debes entender que la prontitud para resolver los conflictos es crucial. Cuando dejamos que el enojo se prolongue, nuestra percepción se distorsiona y creamos barreras emocionales. Al «rumiar» el problema en nuestra mente durante minutos, horas, días, semanas y a veces hasta meses, nos convertimos en biserales jueces, perdiendo objetividad y muchas veces, aumentando la gravedad del conflicto. En el contexto matrimonial, esto puede erosionar la confianza y la intimidad. La idea es no dejar que el enojo eche raíces y se convierta en resentimiento. Debemos fomentar el diálogo y la comprensión mutua.
¿Por qué es importante resolver los problemas lo antes posible?
Con el tiempo, los conflictos se convierten en algo difuso. Perdemos claridad sobre su origen y nos quedamos atrapados en una espiral de emociones negativas. La mayoría de veces no recordamos cómo empezó todo, qué palabras nos dijimos en medio del fragor de la discusión, se nos olvida cuáles fueron las ofensas que recibimos y las que dimos y cuando finalmente tratamos de resolver el problema, la razón original se ha perdido, el problema se ha tornado difuso dejándonos con emociones no resueltas y un problema magnificado. Esto permite que las raíces de amargura empiecen a crecer de parte y parte.
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El Peligro de las Raíces de Amargura
Hebreos 12:15 nos advierte sobre las raíces de amargura: «Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura brote y cause dificultades y corrompa a muchos». (NVI)
Problemas no resueltos rápidamente que dan pie a nuestros estrados acusatorios en la mente darán como consecuencia raíces de amargura, estas raíces pueden ser invisibles pero poderosas, afectando nuestras relaciones.
No sé si a veces te ha pasado que no sabes por qué tu cónyuge lleva un tiempo con mal humor, irritable, susceptible; bueno, quizá hay raíces producto de un problema que no se resolvió rápidamente.
La importancia del primer paso para resolver el problema.
Debes intentar dar tú el primer paso. A esas personas que dan el primer paso hacia la reconciliación Jesús los llama pacificadores. ¿Y sabes la bendición que tienen? que son llamados hijos de Dios. Mateo 5:9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
¿Qué significa dar el primer paso?
Toma la iniciativa para propiciar un diálogo abierto, franco y amoroso. Sé el primero en pedir perdón. Cuando dialogues escucha y valora la opinión de la otra persona. Estas y otras tantas maneras humildes y piadosas hacen que se te llame «un hijo de Dios».
Conclusión.
Duramos mucho tiempo peleando ¿Qué hago? Bueno. ya sabes qué hacer luego de leer este artículo.
La Biblia nos llama a resolver los conflictos rápidamente. La demora no solo distorsiona el problema, sino que permite que las raíces de amargura se ahonden cada vez más en nuestros corazones. Como parejas, debemos ser proactivos en buscar la reconciliación, enfrentando los problemas de inmediato antes de que crezcan fuera de su real proporción.
En situaciones de conflicto, es común que nuestra mente se llene de argumentos y racionalizaciones. Recordemos llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo, permitiendo que su paz y sabiduría guíen nuestras acciones.
Reflexión para tener en cuenta:
No permitamos que el enojo se prolongue y distorsione nuestra percepción real del problema. Abordemos los problemas de raíz, resolviéndolos antes de que tengan la oportunidad de echar raíces profundas. Que el amor, el respeto y la comprensión sean los pilares de nuestras relaciones, siguiendo el consejo sabio de la Palabra de Dios.
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